LA DISPERSIÓN DE ESFUERZOS Y VOLUNTADES

Otra cuestión que atenta en nuestro país para efectuar avances significativos en la defensa de nuestra fauna y que impide encarar acciones concretas con la urgencia necesaria para salvaguardar las especies en mayor riesgo de extinción es la gran dispersión de esfuerzos y voluntades existentes en el país.

Basta como ejemplo señalar la multitud de entidades ambientalistas dispersas y la dificultad en establecer criterios homólogos y prioridades comunes, a pesar de lo cual la labor de las mismas resulta todavía insuficiente para la diversidad de problemas acuciantes a resolver. La estructura federal del país también ha promovido cierta diversificación institucional, y genera que en cada provincia se formen grupos independientes que, con honrosas excepciones, no han podido constituirse en verdaderos centros de trabajo y de seguimiento del accionar oficial en ese sentido. Esto, sumado a la actual crisis económica del país y la inmadurez ambientalista que todavía sufrimos, confunde a la opinión pública, desdibuja los objetivos centrales de la conservación, y multiplica las opiniones hasta el punto tal de anularlas. Muchas veces se gasta más tiempo en la crítica y la competencia interinstitucional que en el cumplimiento de objetivos concretos, cuando no se cae en el "conversacionismo", vocablo muy cercano al conservacionismo, pero de implicancias nefastas ya que desacredita a todo el movimiento.

Sólo reuniéndonos y fortaleciéndonos en una sana discusión podremos llegar en el corto plazo, a una acción efectiva ya que como dijera Fierro: "Si entre ellos se pelean...", a nuestros montes, lagunas y llanuras "los devoran los de afuera".


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